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Los múltiples problemas de salud del agua embotellada


Los múltiples problemas de salud del agua embotellada

Con unas ventas anuales que superan los 64 mil millones de dólares, los productores de agua embotellada intentan convencer a los consumidores de que el agua embotellada no solo es más limpia que el agua del grifo, sino también más saludable. Sin embargo, la realidad es que el agua embotellada puede representar un riesgo para la salud.


Investigadores de la Universidad Estatal de Nueva York han descubierto que hasta el 93% del agua embotellada en el mundo contiene microplásticos, los cuales se ingieren junto con el agua. Los hallazgos fueron confirmados por otro equipo de investigación de la Universidad de Columbia, que encontró que una botella de agua contiene en promedio unas 240.000 piezas de pequeños plásticos, tanto microplásticos como nanoplásticos. Estudios del Departamento de Servicios Ambientales de New Hampshire también han revelado recientemente niveles perjudiciales de productos químicos artificiales en el agua embotellada, y de manera similar, un estudio alemán identificó hasta 25.000 diferentes productos químicos en el agua embotellada, muchos de los cuales pueden alterar el equilibrio hormonal del cuerpo.


El periódico sueco Aftonbladet también realizó una prueba de 13 aguas minerales diferentes, que mostró que cinco de ellas contenían niveles de sal, fluoruro, calcio y magnesio tan altos que superaban los límites establecidos por las autoridades suecas para el agua del grifo.


El agua embotellada también puede contener más bacterias que el agua del grifo, ya que puede haber estado almacenada durante más de un año antes de ser consumida. Cuanto más tiempo se almacena el agua, más tiempo tienen las bacterias para multiplicarse.


Otro desafío es que el agua de manantial es esencialmente agua subterránea embotellada. Mientras que el agua subterránea y las plantas de tratamiento de agua deben cumplir con estrictas normativas sobre la calidad del agua, una vez que el agua se embotella, está sujeta a regulaciones alimentarias, que son menos estrictas que los estándares del agua potable. Esto significa que incluso las marcas de agua embotellada más conocidas podrían contener enfermedades transmitidas por el agua.


Además, el agua embotellada puede contener BPA (Bisfenol A), un químico industrial utilizado en la producción de botellas de plástico. Las investigaciones muestran que el BPA puede filtrarse al agua, lo que puede provocar alteraciones hormonales, afectar el desarrollo cerebral en fetos y niños pequeños, causar cambios en el comportamiento, problemas reproductivos y aumentar el riesgo de hipertensión y enfermedades cardíacas.


A esto se suman los grandes problemas medioambientales evidentes, aunque también menos conocidos, asociados al agua embotellada. Según American Business Insider, la producción de una sola botella de agua requiere de 5 a 11 veces la cantidad de agua que realmente termina en la botella, debido a procesos como la limpieza, filtrado y embotellado. Este es un agua que podría haberse utilizado para producir un agua potable mucho más saludable en casa sin desperdicio.


La botella de plástico se ha convertido en uno de los mayores enemigos ambientales de nuestra generación. Compramos casi 1 millón de botellas de agua por minuto, y además de la contaminación visible en la naturaleza y los océanos, la huella de carbono asociada con la producción, el almacenamiento, el transporte y el reciclaje del agua embotellada es enorme.

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